Me salvo cuando estoy debajo de la mesa, tirando el mantel. me salvo cuando miro demasiado seguido lo mismo, y derrepente... dejo de creer. me salvo cuando lo paso bien el domingo. me salvo cuando ladeo la cabeza, pego la frente a la ventana y empaño el vidrio. ¡DIOS QUIERA QUE YO QUIERA!

lunes, mayo 22, 2006

Domingo

Quiero escribir. Entonces doblo una pierna para dejarla en el aire, y con la otra doy tres saltitos con la cabeza inclinada. Intento sacar todo lo que tengo dentro, ejercitando el cuerpo, pero parece que lo que pienso, aquello que he vivido y "quiere decir", no se aloja allí donde yo creo.
Error.
Entro a internet (espacio metafísico donde aún no limita la falta de libertad), y llego no sé cómo a un blog, a otro y a otro, y he pasado dos horas conociendo gente, otros mundos.
Claro, hay gente viva en el planeta, y mucho más allá de mi kilómetro cuadrado. Hay demasiados yo manifestándose, dispuestos a decirlo todo.
Y eso está bien.
Domingo, 21 horas. Mi hija se levanta, bota el pijama y se viste como una reina para sus pares. Salgo, la dejo en el asado, tengo una hora para esperarla porque ya íbamos tarde. ¿Y qué hago ahora?. Entonces me acuerdo que no debo ceder, me doy cuerda recorriendo Santiago de noche, y compruebo que no hay nada abierto para la soledad. Ah, el Unimarc sí, un supermercado, pero me digo a mi misma:- "eso no es vivir, no puedo ir al encuentro de algo comprando". Error, ese algo no está ahí dentro. Mejor estaciono fuera del asado, reclino el asiento. Oscurezco la cabina y me acuesto a dormir conmigo. Entonces el verso que se conserva de Tenny son, cobra vigencia, justamente aquí, donde estoy:
"Time flowing in the middle of night" ( el fluir del tiempo en medio de la noche), que como dice Borges: De noche todas las cosas son silenciosas, los hombres duermen, pero el tiempo sigue fluyendo sin ruido.
Es curioso, luego de Arthur Miller y ver una obra potente, en cuarta fila, sola, en domingo. Luego de una tarde maravillosa con mis hijos, recorriendo lugares que me llenan, me cuesta vaciarme. Soy capaz, por primera vez en el día, de sentir que hay un pulso silencioso que nos recuerda que finalmente estamos solos.
Sí, porque vivir es desplegar nuestras sombras, es respirar sin miedo, darse cuerda y parar en lo mínimo; conquistar la libertad de ser nadie y con nada ( como Odiseo cuando se salva del Cíclope) Comienzo a entender, entrada la noche, que se es feliz justamente por eso:
Porque mi aburrimiento como el de Kureishi, me lleva a pensar que vivir bien, es conocer nuestro infierno, con gracia y coraje.
A medida que avanzan las Horas, a lo mejor las mismas de Virginia, presiento que el rayado de cancha, no me salva, pero que el pozo me ilumina más que el supermercado.

¿ Y qué es el rayado de cancha? Cada uno sabe. Aveces saltamos a la cancha rayada como si eso nos salvara. Claro es seguro. Y vivimos buscando seguridad. De hecho nuestra prensa, las encuestas hablan de eso. Es el gran tema posmoderno.

De todas formas en ello hay algo de trampantojo, que se está desplegando como los link: una cancha lleva a otra cancha. A nuevos espacios donde se limita la libertad. Es más fácil que nos limiten, y tener guardianes de nuestros desbordes, que no nos dejen salirnos de madre de vez en cuando.
Ojo, que no propongo la locura, ni la falta de humanidad, porque eso también es cancha rayada. Propongo la libertad de apagar la luz, de ser un poco incorrecto, de aceptar que el Otro nos increpe y se enoje o se sienta, que no todo funcione tal como debería ser. Porque según yo el rayado de cancha tiene que ver con la lógica, con el deber, con lo adecuado, con el miedo, con el pedir perdón o dar explicaciones demasiado seguido de lo que uno es. En las canchas rayadas no se respeta al otro, no se le mira a los ojos queriendo decir lo que no se dice ( se calla). En las canchas rayadas no se da un abrazo apretado, porque todo es relación de sexo y no relación humana . En las canchas rayadas todo es liviano, adecuado,entretenido, discreto, sabido, ...

Sin duda, este domingo no estuve en la cancha; tuvo sus tiempos incómodos, y al final eso es lo que me recuerda que estoy viva; parece que ultimamente en mi familia estamos borrando los miedos, y aprendiendo a estar en un pic nic a campo abierto, dejándonos ser.
Agradezco a ese pájaro que da cuerda al mundo, a ese al que le puse conciencia. Doy gracias que me quiera, porque se acerca a mi pared los domingos, los lunes, los martes... y, me despierta temprano para que le abra la ventana, y le dé cuerda.
Buen domingo! Les deseo cuerda para los inicios de semanas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo se puede vivir sin rayar la cancha? ¿cómo parto mi semana sin tener todo controlado? Es como subirse a un avión, relajarse y dejar que el piloto siga su ruta tranquilamente. es imposible, si yo practicamente piloteo junto con él hora tras hora entre las nubes del cielo. Siempre he sentido que la seguridad y el control van de la mano... pero yo también me canso y no quiero mas rayados... no quiero más orden ni mas control. Esa libertad que sientes los domingos, los lunes, los martes en fin.. te envidio, ¿dónde está? ¿cómo la encuentro? ¿cómo la agarro y la vivo? Este es un grito de auxilio para que los otros NO ME RAYEN MAS LA CANCHA o seré
yo quién debe partir por hacerlo. No lo sé. La tarea que me propones para esta semana se me hace inmensa, imposible ... pero dsafiante... es aprender a vivir de una manera diferente, a dejar que el control desaparezca y a dejar entrar un nuevo orden no sólo para mi sino que para todos los queme rodean. Gracias nuevamente por este desafío. Ya veré como salgo de esta!
D.

Anónimo dijo...

Ayer hablábamos de esto. Y alguien me decía, yo creo que no es la cancha, son los jugadores. Ese es un tema. Creo que ambas cosas son un poco inevitables.
Te soy sincera, no es posible vivir fuera de la cancha, es parte de ser civilizados. Entonces estemos en un juego limpio como eje central y existencial. Jugar limpio con nuestra conciencia. No estar en querer ser sino en el ser
Es fácil hacerse trampa y buscar guardianes ( polola, marido, mujer, papá, hermanos, hijos...) y que ellos sean nuestro cable a tierra, nuestra conciencia externa. A eso hay que apuntar, debemos anular ese externo y confiar en nuestra propia autoconciencia. Y permitirnos herir un poco, ser un poco incorrectos. Ejemplo: Ayer hice una comida en mi casa. Preparé mucha comida. Eramos como 8, no había terminado el sexto de servirse y no quedaba casi nada. Me quedé algo impactada, miré los platos de mis amigos y estaban llenísimos, desde el punto de vista de las convenciones estaba mal, todos tenían hambre y ganas de comer, no miraron cuántos faltaban. Al final nadie se quedó con sin comer, fue desordenado, pero estábamos ahí con lo mejor y peor de nosotros. Eso me gustó, no se aguantaron, querían comer y a lo mejor se desbordaron, es sano ser incorrecto, hace que las relaciones y los momentos se vuelvan más humanos y por ello más verdaderos. Y uno, al final del día se siente mejor. Me da lata, que me quieran por mi querer ser, está genial que sepan mis limites, mis patios traseros, en fin. PERDONA EL MONÓLOGO.

Anónimo dijo...

el ginko de mi vecino
el ginko de mi vecino me tiene perturbada. lo envidio en
mala. su "territorio" es amarillo y no barre nunca las
hojas. su cielo es amarillo, su suelo y sus paredes son
amarillas. es chocante venir por la calle y verlo. debe
ser bastante feliz con esa escultura- instalación en la
puerta de su casa. como en esa embajada que está en
Candelaria que tiene en medio del parque un ginko
monumento, patrimonio. se pasaron... me recuerdan que
estoy viva, que la belleza es una idea o una conciencia
iluminadora y escencial. es que estamos en un momento de
transformación, de botar y quedar en pelotas, pero esa
transformación puede ser maravillosa en su proceso,
incluso cuando está pobre, deshabitada.
Es como perder el ego y re-hacerse, esculpirse.
gracias por este día y por tooooooooodo

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