Me salvo cuando estoy debajo de la mesa, tirando el mantel. me salvo cuando miro demasiado seguido lo mismo, y derrepente... dejo de creer. me salvo cuando lo paso bien el domingo. me salvo cuando ladeo la cabeza, pego la frente a la ventana y empaño el vidrio. ¡DIOS QUIERA QUE YO QUIERA!

sábado, septiembre 30, 2006

No es necesario subir al cielo para estar con dios ( con d minúscula). Está lleno de dioses.
Los hay de todo tipo. Basta abrir las revistas como la Capital o el Sábado en El Mercurio.
Los empresarios y ejecutivos top en este país tienen hasta hoy una posición celestial. Creo que es el único pais donde figuran tanto. Los MBA, las gerencias, los políticos, cubren de un manto omnipotente a gente que se ha ensimismado mirándose no sé qué. Creyéndose el cuento de que lo saben todo. Claro, nadie puede sobrevivir sin dios. Ni Noe podría llenar y construir mejor un Arca que navegue hacia el éxito. Qué distintos son estos dioses al Navegante. Podría hacer un guión con las frases gente endiosada, pero serían frases comunes. Paso.


También se les identifica claramente en las calles, en las oficinas, en los restaurantes. Los observo desde mi posición inferior. Porque claramente Dante no me situría en su cielo. Aunque yo preferiría estar en el segundo círculo de su infierno, el lugar de los lujuriosos, los que pecan por amor, por ira; con Cleopatra, Elena, Aquiles, Siqueo, Paris y Tristán, entre otros. Dante no entendió que Beatrice, a lo mejor lo menospreció porque lo aburría su mirada, y porque nadie quiere estar en el cielo. Ese cielo.

Hay dioses picantes, dioses malditos, dioses miserables, dioses egocéntricos. Y todos son dioses aburridos, refunfuñantes, tristes...

Dios no puede subirse a los 40 a un skate ( Como Malayo que lo hace de cabeza), y esperar sacarse la cresta. Le recomiendo a los dioses chilenos, ver EL Niño, pero con cerebro semiótico, intentando aplicar un sentimiento de los DIVINOS DE VERDAD, la compasión.

Pessoa no fue ni quiso ser dios; ni Neruda; ni Carrasco; ni el Parra de Canciones Rusas; menos Martín López- Vega; tampoco Hernán Miranda; ni Uribe;ni Haruki; ni Auster; Kureishi,... Los poetas, los que saben no quieren ser dioses. No conozco ningún hombre ni mujer inteligente que quiera ser dios. Ninguno de ellos se cuentan el cuento a si mismo. ¿Quién quiere ser Dios?. En Roma ahora mismo, el 2006, no vi dioses, los italianos están en la tierra. Pude observarlo en el Pronto Socorro, en el respeto por la identidad, por lo austero, por mantener lo clásico. No existe ni se preserva, ni menos se publican "obras" ni discursos de la cultura barata de la filosofía del éxito o del mérito.

Para los dioses picantes chilensis o universalis ( porque los hay en todas partes, sobre todo en USA), dios no se equivoca, sólo los demás lo hacen. Sólo estos dioses nos salvan. Y gracias a ellos TODO funciona mejor.

Dios no lee un comics porno, dios no come con la mano, ni se sienta en el suelo para sentir la baldosa caliente en el popó ( leáse esto último con multiplicidad de significantes), dios no tiene tiempo.

¿Dios por qué no intentas salvarte y bajas del cielo con todos nosotros?




miércoles, septiembre 27, 2006

¿Qué nos hará musas? MUSA PENSOSA

Me preguntó si alguna vez lo fui, o sencillamente... no reuno las condiciones,... entonces pienso:
- No seré nunca la musa de nadie, ni siquiera de R. -Me temo que esta última respuesta sea irrebocable.
Y ustedes lectoras de este blog... han sido musas?
Existen los "MUSOS"?

En Ialia me encontré con tres musas; la primera, una estatua o escultura de una sutileza que a mí como mujer, me fascinó. Entendí que el encanto no tiene género, menos en el arte y la belleza. La verdad es que no me preocupan las discusiones triviales y menos las sexistas, el homo o el hetero, todo ello sería quitarle la estatura a la seducción espiritual de una obra humana implacable.
Asimismo las Venus, sí ambas: La de Tiziano y Botticceli. Las dos tan distintas, sin embargo maravillosas, seductoras, eternas. También me las he traído.
Pero Polimnia la pensadora, la MUSA PENSOSA, ha superado como la poesía este año, toda posibilidad de rechazo. Me he traído su imagen dentro y no puedo sacármela de encima. Hay algo extraño en todo esto? No lo sé, dejo que la estética lo irrumpa todo para siempre como un Tsunami devastador, irreversible.

Me encontraba en la librería del Coliseo, cuando miré la postal de la Polímnia Pensosa, y no pude dejar de comprármela ( Suena mejor decir: llevármela). Sentí claramente una conexión ineludible entre las dos. Ahora sé que que es la Musa de los Himnos Poéticos y, me da algo de escalofríos. Aunque es la musa pensadora. Mmmm.

Las dos Venus, y Polimnia me recuerdan que todo tiene que ver. Que todo encaja, como el maravilloso poema de Hernán Miranda lo explica. Creo ciega en las coincidencias, en la química metafísica entre los seres humanos y, aún más, entre los humanos y el arte. Este viaje ha sido un salto cuántico más. Sé que aún me puedo salvar; no es domingo, no hay gatos, no está Haruki, ni aquella rueda de la fortuna vieja y no aceitada, aquella de mis tiempos en espera de un tiempo mejor. Los cambios ocurren justamente porque me salgo de ese círculo vicioso fantástico, pero aburrido, y sobre todo pegajoso.

En Polimnia, la pensadora, está la poesía allí, aquí mismo, ahora...
No hay vuelta atrás.

Polimnia es un nombre de origen griego, Polýmnia, de cuya etimología se han hecho distintas interpretaciones. Según Ripa, quien cita a Hesíodo, el nombre de Polimnia «está compuesto de la palabra poly y la palabra mnia, que juntas significan abundante memoria»,1 y la considera por ello la Musa que preside la Retórica, pues recuerda todos los recursos de la lengua para persuadir. Sin embargo, parece mucho más verosímil que esté compuesto de polýs, ‘mucho’, y hýmnos, ‘himno, canto de alabanza a Dios o a los dioses’, y así signifique ‘muchos himnos’; por ello Polimnia está considerada la Musa que inspira los cantos sagrados. La palabra hýmnos significa también ‘canto nupcial’;2 de aquí su relación con Himeneo, el dios que preside los cortejos nupciales, hijo de Dioniso y Afrodita. Basándose probablemente en esta etimología, Platón considera a Polimnia la madre del amor terrestre.3 De este amor dice Ficino: «Es aquella capacidad de engendrar que se atribuye al alma del mundo.»4 El alma del mundo se simboliza por medio de los siete tubos de un órgano.

jueves, septiembre 07, 2006


La rueda de la fortuna es poco afortunada, sólo da vueltas sobre el mismo eje.
¿Es la rueda la que escoge su fortuna?
Nos vamos, lejos de esta rueda, nos movilizamos hacia otros mundos posibles,... un rato.
Me voy con mi mundo y el de nosotros, dentro del bolsillo.
(Sugiero leer Sputnick Mi Amor, la escena en la nueva ciudad y la rueda, son decidoras)

Archivo del Blog