Jorge Luis Borges

Qué importa cuántos años cumpla muerto un hombre, cuando está vivo entre nosotros.
A Borges, lo conozco poco y lo poco que le conozco, me gusta lo suficiente para dedicarle varios momentos.
Me gusta su pensamiento, me hace sentido cuando valida lo intangible, el no definir: "Creemos ignorar algo porque somos incapaces de definirlo. Sólo podemos definir algo cuando no sabemos nada de ello."
Fue un poeta, un escritor, pero sobre todo un lector. Así se declaraba el mismo, en una ocasión:
"Me considero un lector. Como saben ustedes me he atrevido a escribir; pero creo que lo que he leído es mucho más importante que lo que he escrito. Pues uno lee lo que quiere, pero no escribe lo que quisiera, sino lo que puede"
Borges sentía que no tenía certezas, ni caminos definidos, al revés, a los sesenta años decía ante gente joven que sólo podía ofrecer sus perplejidades, y dudas.

Borges, Diálogo sobre un diálogo.

A. —Distraídos en razonar la inmortalidad,
habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara.
No nos veíamos las caras.
Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor,
la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal.
Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante
y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre.

Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba.
Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada
que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja...

Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.

Z (burlón). —Pero sospecho que al final no se resolvieron.

A (ya en plena mística). —Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.

Gracias a la neurona del excelente blog de Nachete que me recordó escribir sobre Borges.
Vale el texto de él desde su blog http://www.lacoctelera.com/nachete
Citas: Arte Poética. Borges Inédito.