
He tratado de entender qué hace que una imagen se pegue por sobre todas las demás. A lo mejor hay química, pero debiera tratarse, en realidad, de un asunto de física. ¿O se trata de la poética de un sitio? Ahí en abstracto, de pronto se siente afinidad. A veces incluso, uno se siente cercano, próximo, parte de un ser común: SER COMUNIDAD. Incluso aunque por convención, no se pertenezca.
Hace unos días visité junto a mi socia, la Galería Metropolitana, al final de la calle Club Hípico, en la Comuna Pedro Aguirre Cerda, pasando la línea del tren, tal como me "mapeó" una querida amiga. Cuando llegamos algo allí atrapaba, me adhería. No sé bien, si la falta de pretensión, el concepto de ésta, la casa abierta de su vecino, pero no he podido dejar de pensar en ése lugar y sus alrededores. Todas mis ideas, recuerdos, las pausas, me llevan a esa calle, a ése lugar. Tendría mucho más qué decir, pero no daría para un blog, sino para un buen almuerzo, o una trasnochada.
Pero más allá de la propia sensación y experiencia, la Galería Metropolitana tiene un encanto particular, y no se trata precisamente de un espejismo. Hay allí una toma de terreno real, de un lugar que pertenece. Y no quiero definirlo, ni saber de verdad qué es; simplemente me siento atrapada, allegada.
Michel de Certau, en la invención de lo cotidiano, desarrolla la diferencia entre lugar y espacio. Marc Augé, en su libro Los no lugares. Espacios del anonimato, concluye diciendo:
"Ya no hay análisis social que pueda prescindir de los individuos, ni análisis de los individuos que pueda ignorar los espacios por donde transitan.
Un día, quizá, vendrá un signo de otro planeta. Y, por un efecto de solidaridad cuyos mecanismos ha estudiado el etnólogo en pequeña escala, el conjunto del espacio terrestre se convertirá en un lugar. Ser terrestre significará algo. Mientras esperamos que esto ocurra, no es seguro que basten las amenazas que pesan sobre el entorno. En el anonimato del no lugar es donde se experimenta solitariamente la comunidad de los destinos humanos.
Habrá, pues, lugar mañana, hay ya quizá lugar hoy, a pesar de la contradicción aparente de los términos, para una etnología de la soledad".
1 comentario:
¿es el fuego un lugar? Quizás si tomamos en cuenta nuestra naturaleza, de donde venimos como seres Vivos, de todas maneras es un lugar en sí mismo. Desde la última vez que lo tuve lo recuerdo con añorancia. Dicen que hay unas fiestas con luna llena y con fuego. Me averiguo y paso el dato.
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