Me salvo cuando estoy debajo de la mesa, tirando el mantel. me salvo cuando miro demasiado seguido lo mismo, y derrepente... dejo de creer. me salvo cuando lo paso bien el domingo. me salvo cuando ladeo la cabeza, pego la frente a la ventana y empaño el vidrio. ¡DIOS QUIERA QUE YO QUIERA!

viernes, agosto 04, 2006

Más Murakami



Extracto de LA CAZA DEL CARNERO SALVAJE

"Tras devolver el auricular a su soporte, traté de hacerme una idea sobre qué podía significar lo de que había captado la imagen. No lo entendía. Pero hay montones de cosas que no entiendo. Desde luego no se puede decir de mí que los años hayan aumentado mi capacidad de comprensión. Cierto autor ruso escribió que aunque el carácter puede cambiar, la mediocridad no tiene remedio. Los rusos, de vez en cuando, se descuelgan con frases redondas. Tal vez las meditan durante el invierno.
Me metí en la ducha y me lavé la cabeza, mojada por la lluvia. Con una toalla liada a la cintura, me puse a ver la televisión; daban una película americana que trataba de un viejo submarino. El capitán y su segundo de a bordo andaban siempre a la greña, y encima el submarino de marras era una antigualla: para colmo de males, a uno de los tripulantes le daba un ataque de claustrofobia: no obstante tan calamitoso argumento, el filme culminaba con un feliz final. Era una de esas películas cuya moraleja es que si todo acaba teniendo un final feliz, la guerra no puede ser tan mala. No me extrañaría que pronto nos endilgaran una película con el mensaje de que en una guerra nuclear, la humanidad fue barrida de este mundo, pero, al final, todo acabó bien.
Apagué el televisor y me metí en la cama. A los diez segundos, dormía como un bendito."

No hay comentarios.:

Archivo del Blog