
He notado que la tina es un lugar para habitar. Es como estar en el pozo profundo sin linterna de Murakami; de pronto... ahí sin ningún apego, oigo a mi pájaro existencial desde alguna ventana metafísica, que le esta dando cuerda a mi mundo propio. Una vuelta, otra vuelta...
Pero lo sé... ESE ALGO también se encuentra allá fuera.
A veces soy capaz de verlo en un murmullo; en las pozas de lluvia; en las risas de una buena partida de cachos entre gente que recién se conoce, sin embargo es capaz de jugar.
ESE ALGO, no es una persona, sería limitarlo; es una fuerza interior que surge desde un lugar recóndito de nosotros mismos cuando se engancha en un párrafo que habla, en una línea subrayada, en la imagen de una buena película, en un ciudadano poeta.
Está ahí esperándonos, y hay un algo absoluto en ESE ALGO que hace que no sea posible retroceder.
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