Me salvo cuando estoy debajo de la mesa, tirando el mantel. me salvo cuando miro demasiado seguido lo mismo, y derrepente... dejo de creer. me salvo cuando lo paso bien el domingo. me salvo cuando ladeo la cabeza, pego la frente a la ventana y empaño el vidrio. ¡DIOS QUIERA QUE YO QUIERA!

miércoles, junio 28, 2006

Ese algo

Será que en el baño somos el mismo yo que llevamos dentro. No sé, pero a veces cuando vengo de afuera y me enfrento con mi imagen frente al espejo, tengo por un segundo la impresión que me encuentro por fin frente a mí misma. Me recupero.
He notado que la tina es un lugar para habitar. Es como estar en el pozo profundo sin linterna de Murakami; de pronto... ahí sin ningún apego, oigo a mi pájaro existencial desde alguna ventana metafísica, que le esta dando cuerda a mi mundo propio. Una vuelta, otra vuelta...
Pero lo sé... ESE ALGO también se encuentra allá fuera.
A veces soy capaz de verlo en un murmullo; en las pozas de lluvia; en las risas de una buena partida de cachos entre gente que recién se conoce, sin embargo es capaz de jugar.
ESE ALGO, no es una persona, sería limitarlo; es una fuerza interior que surge desde un lugar recóndito de nosotros mismos cuando se engancha en un párrafo que habla, en una línea subrayada, en la imagen de una buena película, en un ciudadano poeta.
Está ahí esperándonos, y hay un algo absoluto en ESE ALGO que hace que no sea posible retroceder.

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