Me salvo cuando estoy debajo de la mesa, tirando el mantel. me salvo cuando miro demasiado seguido lo mismo, y derrepente... dejo de creer. me salvo cuando lo paso bien el domingo. me salvo cuando ladeo la cabeza, pego la frente a la ventana y empaño el vidrio. ¡DIOS QUIERA QUE YO QUIERA!

viernes, marzo 16, 2007

Por dónde empezar


Cuando ví a esta mujer joven dentro de la puerta, con la cabeza asomada, pensé que incluso aquellos que se sienten atrapados tienen la oportunidad de traspasar los umbrales.

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