Me salvo cuando estoy debajo de la mesa, tirando el mantel. me salvo cuando miro demasiado seguido lo mismo, y derrepente... dejo de creer. me salvo cuando lo paso bien el domingo. me salvo cuando ladeo la cabeza, pego la frente a la ventana y empaño el vidrio. ¡DIOS QUIERA QUE YO QUIERA!

viernes, diciembre 15, 2006

El modo cómo cada uno elije las palabras: Textos convenientes




Comienzo
por un mensaje que me envían.

Rosa. Creo que lo del sonido de las palabras es todo un tema, incluso físico, desde cómo está construido internamente el oído de cada persona. Escuchamos distinto porque nuestros aparatos son distintos... los graves son de cierta manera para algunos, y los agudos nos molestan o agradan según también el ejercicio que le damos a la oreja. Todo esto independiente de las palabras como contenido e historia personal. Es buen tema lo de la edición que hacemos a diario y a dónde nos lleva esta edición. Lo otro que me gusta es la idea de ver la literatura como un ejercicio para descubrir los propios miedos y reconocerse, evidentemente no estoy pensando en los libros de autoayuda, estoy pensando en una biblioteca como la tuya que tiene marcas y subrayados. Es como agarrar los discos y mostrar los temas que por diversas razones nos gustan. Hay que ir "enamorándose" de las ideas para desde alguna parte hacer el cambio. En la Antología de la Fundación Neruda, la Rosabetty Muñoz tiene buenos textos de ovejas, léelo, evidentemente incomoda la oveja que finalmente comerá raices y no sólo pasto; la cosa es que uno anda en grupo y como dice la Paty May, cuando uno toma conciencia de algo también toma una responsabilidad. No se puede huir de eso; entonces hay que elegir las palabras, hay que editar porque nuestros "lectores" están a veces más acostumbrados a entender manuales de instrucciones que textos desordenados, contradictorios y honestos.

Desde que se nace vamos coleccionando palabras, y es el tejido que cada uno elabora con ellas, con las palabras escogidas, el que termina por conformar algo del entramado de la propia realidad privada, íntima, así nos vamos integrando hasta que llegamos a ser distinguibles. Ya lo dijo Maturana: El lenguaje crea realidad.
Pero me interesa la edición que se hace de las conversaciones, de los discursos, de los textos, cada uno extrae lo que necesita en una circunstancia precisa, se oye lo que se quiere oír.
Es responsabilidad de cada uno aguzar el oído, enfocar la mirada en las palabras dichas y escritas. No es lo mismo atender un soliloquio de Hamlet que de Segismundo, a detenerse en un fragmento de Pessoa. Incluso más, es diferente elegir de éste su fragmento 188 o el 112; hay en ese preferir, una visión, un modo que sugiere y nos dice algo del que selecciona.
En ocasiones vulgares, de pronto se reconoce la frase de alguien en medio de la noche, el texto es capaz de abrirse paso, ahí entremedio del humo de algún cigarro compartido. Las palabras de un discurso siempre suenan a tedio, es difícil que en medio de una convención una frase se imponga como una flecha. Se agradece cuando alguien dice algo que causa extrañeza, inquietud, porque entonces algo pasa, y ese conjunto de palabras dichas cobra sentido para un alguien cualquiera, eso basta para que valga la pena haberlas mencionado. Una sola frase es capaz de abrirse camino al interior de un hombre para descubrir su humanidad.
Es a través de este contacto que las personas nos reconocemos más allá de nuestras propias situaciones externas, porque como dice Constantino Kavafis, todos los personajes podemos ser nosotros.
Atiendo entonces el discurso del premio Nobel de literatura este 2006.
Pienso que Orhan Pamuk, tal como se ha dicho, logra algo que no es baladí, y que mucho antes que Pamuk han intentado otros, abanderados por Cervantes y Shaskespeare. Pamuk el turco escenifica y coloca su "To be or not to be" dentro de su encuadre territorial identitario, Turquía.El escritor frente a la academia ha reflexionado sobre el papel de la literatura para el escritor, y esto me ha conmovido, lo edito, lo conservo, puesto creo que no son sólo los escritores los llamados a entrar en nuestros miedos, los lectores deberíamos entender esto a la hora de construir nuestras bibliotecas.
Entonces extracto del nobel, poemas: mis ediciones de hoy.
Extracto de parte de su discurso:

"El autor de 'Nieve' construyó una reflexión sobre aspectos como la condición del escritor, sus miedos, su tarea y el proceso creativo, a partir de un objeto: la maleta llena con sus propios manuscritos que su padre le dio dos años antes de morirse. Ese objeto da nombre al discurso, 'La maleta de mi padre', 'Babamin bavulu' en turco, idioma en que leyó el texto el autor, que a diferencia de Pinter y la austríaca Elfriede Jelinek, ganadora en 2004, sí acudió a Estocolmo. En torno a sus propias dudas sobre si abrir o no la maleta y sus miedos ante lo que puede encontrarse, Pamuk va desgranando ideas, y descifrando preguntas, así como analizando la relación con su progenitor -un escritor frustrado con una amplia cultura- y con su país, aunque sin entrar en cuestiones políticas. Para Pamuk, la literatura se puede definir como "lo que una persona crea cuando se encierra en una habitación, se sienta junto a una mesa y se retira en una esquina para expresar sus sentimientos".
El escritor es alguien que dedica su vida a descubrir al otro ser que habita en su interior , y trata de traducirlo en palabras para crear otro nuevo mundo, y otro nuevo ser, "del mismo modo que alguien construye un puente piedra a piedra". Pamuk lo define como conocer las heridas que llevamos dentro y explorarlas pacientemente, "poseerlas y hacerlas una parte consciente de nuestros espíritus y escritura".
Diario La Vanguardia

Cuanto Puedas
Kavafis
Y si no puedes hacer tu vida como la quieres,
en esto esfuérzate al menos
cuanto puedas: no la envilezcas
en el contacto excesivo con la gente,
en demasiados trajines y conversaciones.
No la envilezcas llevándola,
trayéndola a menudo y exponiéndola
a la torpeza cotidiana
de las compañías y las relaciones,
hasta que llegue a ser pesada como una extraña.
CASI CRUZO LA BARRERA
Enrique Lihn
Casi cruzo la barrera
del espejo para ver
lo que no se puede ver:
el mundo cómo sería
asi la realidad copiara,
y no al revés, el espejo
llena, por fin, de su nada


































































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